Sin duda alguna Cuenca es una ciudad de ensueño que te transporta a un tiempo pasado por medio de sus callejones y cuestas. Los chicos y chicas de 5º y 6º, junto con 4 maestros del centro, pudieron comprobarlo y lo que más les gustó fue rellenar sus botellas en esas fuentes que emanan una agua fresca que les ayudó a sofocar el calor que desprendían sus piedras y asfalto y les permitió poder pasear a horas que invitan a echarse una siestecita.
Fue un día muy agradable y completo.
Por la mañana, en el Museo de las Ciencias, pudimos disfrutar de momentos y vivencias que van desde un mundo de fósiles, en el que estaba Pepito, un fósil de dinosaurio único en el mundo,a otra de pócimas con sus bases y ácidos, a una visita al espacio, a nuestro planeta tierra y a las energías renovables. Después de reponer fuerzas en una plaza cobijada por árboles frondosos que nos dieron su sombra , descansamos un rato y rellenamos nuestras botellas de la pequeña fuente que allí había . Más tarde había que recorrer la ciudad y ahí fue donde descubrimos la magia que esconde esta ciudad; su largo puente de San Pablo nos permitió cruzar hacia el Parador de Cuenca, situado en un lugar privilegiado, enfrente de las Casas Colgadas.Sin duda fue un día para recordar.
